martes, 1 de abril de 2014

Ictus: cuando el cerebro hace 'crack'

Por su interés, reproducimos este artículo para el cual nos contactaron como fuente desde la revista Vanity Fair:

Ictus: cuando el cerebro hace 'crack'

Un ictus parece ser el responsable de la pérdida de Concepción Sáez de Tejada esta semana. Pero es que su hijo Jaime de Marichalar, hace ya 12 años, también pasó por uno. El Duque de Lugo estuvo muy grave, el lado izquierdo de su cuerpo quedó paralizado y no podía valerse por sí mismo,  incluso viajó a Estados Unidos durante varios meses a centrarse en su recuperación. Su tratamiento consistió en siete horas diarias de rehabilitación en el hospital Mount Sinaí. 


Si seguimos rebuscando, vemos que hace poco más de dos años, el 27 de febrero de 2012, el ex ministro socialista y marido de Isabel Preysler, Miguel Boyer también sufría un ictus,  un fuerte derrame que lo tuvo dos meses en la UCI y del cual quedaron secuelas, físicas y psicológicas. Boyer cumplía el mes pasado 75 años y lo celebraba en casa, tranquilo, rodeado de familia, y alejado de las cámaras. Porque ese ictus ha cambiado por completo sus rutinas y las de su familia. Boyer tiene problemas de movilidad y no se expresa igual de bien que antes del accidente cerebral.



Hace dos años también, María Escario, la presentadora de TVE, sufría un ictus, mientras trabajaba, entregando un premio al mejor programa deportivo en los TP de Oro. Notó como “si un bate de béisbol le hubiera golpeado en la nuca”.  Aunque en su caso, no le dejó secuelas de ningún tipo. 

“Frente al maquillador, mientras terminaba de repasarme los labios, sentí un latigazo tremendo desde los oídos hasta el centro de la cabeza. Profundo. Violento. No fui capaz de expresar nada. Permanecí en el más absoluto de los mutismos, absorta en el profundo pinchazo que me estaba perforando los tímpanos. Sentí como si me inyectaran amoniaco por los oídos. Cosa absurda: como si yo supiera lo que se siente cuando a uno le inyectan amoniaco por los oídos [...]”. Así narra en su libro  'Todo un viaje' (Planeta) la actriz Silvia Abascal lo que fue para ella ese instante que cambió su vida: el momento del accidente cerebral que la llevó al hospital. En su caso, este ictus se debió una malformación congénita.

Estos cinco famosos españoles que han sufrido un ictus no son los únicos que han pasado por esto. También es conocido el caso de Sharon Stone: en octubre de 2001, un aneurisma (un ensanchamiento de las paredes de una arteria, que puede romperse y provocar una hemorragia, e incluso la muerte) le produdujo un ictus, que le dejó secuelas como pérdida de audición, dificultad al escribir, al caminar, al hablar. La actriz tardó nueve años en recuperarse. Jean Paul Belmondo y Kirk Douglas también sufrieron sendos accidentes cerebrovasculares.


¿Qué es un ictus?



"La palabra Ictus designa el ataque súbito y violento que aparece, generalmente, determinado por una interrupción repentina del riego sanguíneo en el cerebro, ya sea a causa de un coágulo o por una hemorragia", nos explica María Teresa Schüller Moreno, directora de Clínica Rehabilitación CRL.

¿Y qué nos pasa cuando tenemos un ictus? Tal como contaban Silvia Abascal o María Escario, y como recalca Schüller, "podemos sentir pérdida de fuerza de manera súbita, dolor de cabeza fortuito, estado repentino de confusión, problemas de habla o en la comprensión de ésta, pérdida brusca de visión, dificultades en la marcha, en la coordinación y en el equilibrio, trastornos de la sensibilidad con sensación de hormigueo de un lado de la cara, así como de las extremidades del mismo lado de manera súbita, dificultades para tragar…." Sólo en nuestro país hay 130.000 afectados por un ictus cada año. Este tipo de problemas cerebrales son la tercera causa de muerte en el mundo occidental, la primera causa de invalidez permanente entre las personas adultas y una de las principales causas de déficit neurológico en el anciano.


¿Cómo se tratan las secuelas de un ictus?


La directora de Clínica Rehabilitación CRL nos explica que “existen tratados completos sobre el tratamiento rehabilitador del ictus. Sin embargo, dentro de su complejidad se puede decir que el tratamiento rehabilitador debe contemplar un abordaje multidisciplinar (neuropsicólogo, logopeda, terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, trabajador social y apoyo psicológico que debe incluir a la familia)”. Las técnicas son diversas según cada disciplina, “pero todas se encauzan a desarrollar la mayor autonomía del paciente, intentando re-habilitar o, en su defecto, compensar las secuelas producidas por el accidente cerebro vascular”. CRL, por ejemplo, es la única clínica de Madrid equipada para la estimulación transcraneal de corriente directa, una técnica de neuroestimulación que también se emplea para tratar el ictus o el Trastorno por Déficit de Atención, entre otros.

El tiempo que dura la rehabilitación del paciente dependerá del tipo y la extensión del daño cerebral sufrido, de la causa de la lesión, y del tiempo transcurrido entre el inicio del ataque y la asistencia médica al enfermo. “Una intervención antes de trascurridas dos horas asegura un mejor pronóstico”, explica Schüller. 

Según el investigador Ángel Arias Cuadrado, con datos del estudio Copenhague Stroke Study, el 95% de la recuperación se  logra hacia el tercer mes, aunque en el primer mes y medio se establece la recuperación más rápida (el 85%); y entre el cuarto y sexto, la curva de evolución resulta más leve, para finalmente y a partir del sexto mes, apenas destacar cambios significativos en la mejoría, por lo que en este periodo, se suele dar por estabilizado el cuadro de recuperación.

 

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